Volví a la escena original pero decidí acercarme mas a la lámpara, y dejarla en el centro de la imagen para que sea la verdadera protagonista. Quería que en esta foto se vea realmente la identidad de la lámpara, por eso apagué todas las luces del cuarto donde se encuentra y deje solo su luz, iluminando con una buena presencia en una oscuridad absoluta, casi como un faro. En esta decisión también influyó Hopper, utilizando la luz para agregar dramatismo en la imagen. Junto al pie de la lámpara se encuentran un par de objetos de mi infancia, bajo el cuidado y cerca de la lámpara, pero a la vez no iluminados por ella, ya que forman parte de mi pasado.